"Vengo a hacer periodismo"

29.03.09 - Argentina.- Desde el lunes 6 de abril conducirá "De regreso", por radio Mitre. Aquí habla de su polémica salida de Del Plata hace dos meses, de los Kirchner, de la censura... y de lo que supone que la gente espera de él.

Fuente: Clarin.com

Con decenas de "gracias" y otras tantas sonrisas, Nelson Castro desembarcó en la tarde del viernes en radio Mitre. Su nuevo programa, De regreso, saldrá al aire a partir del 6 de abril, de lunes a viernes de 18 a 21. Claro que no se trata de una incorporación más, y tampoco de una circunstancia común.

Después de cuatro años ocupando la primera mañana de radio Del Plata, y poco después de que Marcelo Tinelli vendiera la emisora a la empresa cordobesa Electroingeniería -afín al kirchnerismo-, ésta rescindió el contrato que vinculaba a Castro con la radio durante todo 2009. En pleno febrero y con todas las programaciones ya armadas, esto significaba, en la práctica -y más allá de la compensación económica-, dejar al periodista sin aire.

Compactando media hora un programa, otra media hora otro, corriendo un tercero a la medianoche, el espacio para Nelson Castro se hizo en el éter de Mitre. Por eso las "gracias" repartidas a periodistas, productores, directivos, locutores y ordenanzas que lo reciben en este edificio donde el también conductor de El juego limpio, por TN, y columnista del diario Perfil, hará escuchar su voz. Una voz en la que, como se leerá a lo largo de esta nota, el "yo" casi siempre es reemplazado por la primera persona del plural.



¿Qué sucedió en su desvinculación de Del Plata? ¿Se lo puede llamar despido? ¿Fue un acuerdo? ¿Hubo censura?

Fue un hecho de censura. En el documento de desvinculación hicimos constar claramente que Radio del Plata decidió el levantamiento del programa. De ninguna manera fue un acuerdo mutuo.



¿El detonante fue su denuncia a la empresa titular de la radio por sobrefacturación en una obra pública? ¿O se enteró de algo más?

Nosotros hicimos una nota que fue tema en todos los medios. Llamamos a quien hacía la denuncia y escuchamos a la empresa, cuyo vocero incluso agradeció que le hubiéramos permitido dar una explicación. Días después, ante la decisión de que nos fuéramos, nos dimos cuenta de que había algo más. Y lo reconoció una autoridad de la empresa, que dijo 'todos los días recibo llamados de gente de la Presidencia quejándose por los comentarios críticos de Nelson hacia el gobierno'.

¿Supuso que esto podía suceder cuando Del Plata fue vendida a este grupo?

Hubo dos reuniones con los dueños de la empresa. Y con testigos. Ahí yo planteo, primero, si querían que nosotros siguiéramos, considerando que ellos habían tenido un crecimiento brutal con el kirchnerismo, y que nosotros sabemos cuál es nuestra posición. Era fin de año, y les hicimos saber que estábamos dispuestos a rescindir el contrato. Las dos veces la respuesta fue queremos que usted se quede. Lo segundo que les planteé fue qué iban a hacer cuando aparecieran hechos de interés público en los que estuvieran involucrados y que nosotros, por supuesto, pensábamos cubrir. Vamos a respetar las decisiones suyas, y vamos a dar respuesta a todo, dijeron. Así que, no hubo por parte de ellos ninguna sorpresa.



¿Cómo vio usted la reacción del periodismo en general ante este episodio?

Estoy muy agradecido con la respuesta de todos. Me propuse no personalizar, porque eso ya le pasó a Victor Hugo Morales, le había pasado a Alfredo Leuco, a (Pepe) Eliaschev, le había pasado en otro medio a Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaum, le pasó a Jorge Lanata... Lo quise convertir en un caso más genérico, como un llamado de atención... Acá hay toda una avanzada de empresas afines al gobierno que compran medios en los cuales después se vuelca publicidad oficial, y la línea de ese medio se vuelve una línea afín al gobierno. Y a aquellos periodistas que molestan mucho.... bueno...



¿Cómo está su relación con Liliana López Foresi, quien ocupó su espacio en Del Plata?

Está bien. El problema es independiente de quién vaya a ocupar ese espacio.



¿Qué opina del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?

La Argentina necesita una nueva ley; una ley moderna, que genere apertura. Las concentraciones nunca son buenas. Pero este gobierno no es creíble para generar ese debate imprescindible. Ese es el tema, el problema. Este proyecto surge como consecuencia del enojo del gobierno contra Clarín, y esto no es una opinión sino que lo dicen funcionarios que se lo han escuchado al ex presidente en funciones. Y esta ley necesita un consenso importante.



Las interferencias a las señales de ARTEAR ¿se vinculan, para usted, con este contexto?

Es un hecho gravísimo, que implica un gran poderío tecnológico. Y además es un delito. El gobierno debería ser el primer interesado en aclararlo, para alejarse de cualquier sospecha que lo pueda involucrar. Las respuestas han sido de una morosidad impresionante ante la dimensión del episodio.

¿Por qué cada vez que menciona a Néstor Kirchner le dice "ex presidente en funciones"?

Muchos lo tomaron como un slogan. Es una descripción. Está claro que hoy quien ejerce el poder es el matrimonio, y en ese matrimonio la parte ejecutiva la lleva adelante Néstor.



En estos dos meses que no estuvo al aire, otros programas pidieron sus opiniones sobre la actualidad política, ¿usted se considera una especie de fiscal?

Yo siento mucha gratitud por los colegas y por la gente que me cree con ese lugar. Y lo vivo con una gran responsabilidad.



Con una oposición casi desarticulada en vistas del adelantamiento de las elecciones, como usted define, ¿la prensa se convierte en "el" contrapoder?

Es que ése es el papel nuestro. La Argentina tiene un enorme desafío: ha recuperado la democracia, pero todavía no construyó la república. Entonces, cuando vos todavía no tenés república, tenés un sistema institucional débil. Y la prensa que trabaja con honestidad intelectual, sea cual fuere su posición ideológica, cobra más fuerza. Se erige en un canal en donde la ciudadanía se siente escuchada. Esto es lo que pasó con el menemismo, por ejemplo. Y es lo que pasa en todos lados. Mirá qué insólito, que uno de los llamados de solidaridad que tuve fue del gobierno de San Luis, y yo por supuesto lo rechacé, porque dije pero si ustedes son iguales que éstos.... Esto es lo más preocupante. Si fuera exclusivo de los Kirchner sería muy malo, pero sería una excepción. Y sin embargo es una norma. Pasa en muchas partes del país. Le pasa a un montón de gente que no conocemos, periodistas a los cuales el anonimato los deja en una soledad total.

Cuidadoso de no herir susceptibilidades, Nelson Castro pidió expresamente esperar a que todos los conductores de Mitre volvieran de sus vacaciones para consensuar de qué manera se le haría el lugar en la grilla a su programa. Por eso, cuenta, "el ambiente con el que me recibieron todos es de alegría, más allá de que la radio estuvo interesada en nosotros desde el primer momento". El estilo de la radio que, según Castro "ha re-ganado el perfil periodístico fuertemente en estos últimos dos años", le cae, dice, "como un traje a medida". Y el desafío del total cambio de horario (en Del Plata también iba de 6 a 9 pero de la mañana) le genera la sensación de estar haciendo algo bien distinto: "tenés la información dura, pero podés agregar otras cosas. Y además a esa hora van a poder estar con nosotros protagonistas que antes no podían, como toda la gente de la cultura".

El equipo que acompañará a Castro en De regreso todavía no está definido, salvo por la figura de Martín Bilik, al que define como "un talento haciendo humor". Lo único que el periodista adelanta es que trabajará mucho con la estructura de la radio, en cuanto a los móviles y todo lo que se irá produciendo durante el día, y que también habrá mucha presencia de los deportes y el espectáculo.



¿Cómo se ve dentro de un registro tan amplio que va de Chiche Gelblung a Nelson Castro?

Me parece que es algo muy interesante. Nosotros somos además, en este contexto, muy partidarios de la integración. Un canal de televisión son programas que se van sucediendo; en cambio la radio es una continuidad. Y me parece muy bueno esto de ser una continuidad lo más amplia posible. Estos desafíos los hemos tenido también en otras radios, y terminó generando una relación excelente con gente que hubieras dicho, a priori, que éramos el agua y el aceite.

¿Qué cree que la gente espera de usted? ¿Por qué lo escucha?

Porque hacemos periodismo. La gente quiere conocer la información, y quiere tener un lugar en donde sepa que va a estar presente la opinión: la mía y la de los otros. De hecho, nos escucha mucha gente que no está de acuerdo con nosotros, y que sabe que esa voz también está presente. Eso es lo que nosotros hacemos. Así que, vengo acá a hacer periodismo.

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