Se trata del Programa de Lectura en Voz Alta, destinado a todas las escuelas públicas y privadas, desde jardín de infantes hasta el nivel de adultos y superior.
Argentina.- Notas de los diarios que despierten la curiosidad; libros de escritores argentinos, latinoamericanos y universales; libros que los papás tenían de cuando eran chicos; libros que los mismos chicos quieren llevar a clase para compartir con sus compañeros. La propuesta es leer, y en voz alta. ¿Para qué? Para emocionarse, imaginar, conocer más; para organizar los conocimientos y razonar; para que los chicos "escuchen leer".
Fuente: Clarin.com
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Hoy las 44.000 escuelas del país comenzarán a recibir los cuadernillos de sugerencias elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación. Se trata del Programa de Lectura en Voz Alta, destinado a todas las escuelas públicas y privadas, desde jardín de infantes hasta el nivel de adultos y superior.
"Les pedimos a los docentes que todos los días, antes de empezar las tareas de la jornada, destinen entre 5 y 15 minutos a la lectura de un cuento, un capítulo de una novela o la noticia sobre un hallazgo arqueológico", explica Margarita Eggers Lan, directora del Plan Nacional de Lectura 2008.
La idea es que, antes de que los chicos saquen los útiles de la mochila, se genere el clima apropiado para que el docente, el profesor de Física o de Naturales (no necesariamente tiene que ser el de Lengua o Literatura) empiecen la clase leyendo. Se puede invitar a leer al portero, al cocinero o al director de la escuela. También a los papás y abuelos. El mensaje es que la lectura es un tema de toda la comunidad educativa.
"La iniciativa cuenta con el aval del Consejo Federal de Educación, que en los próximos días gestionará en cada ministerio provincial una norma con carácter prescriptivo", afirma Eggers Lan.
"La lectura tiene que volver a las escuelas, hay que recuperar esta práctica que sistemáticamente durante años fue considerada peligrosa y luego las resoluciones la borraron de los planes de estudio", señala la escritora Graciela Bialet, especialista en promoción de la lectura y la literatura infantil.
Para captar la atención de los chicos y hacer que el momento sea placentero para todos, "la voz lectora" deberá tener en cuenta algunas estrategias, como, por ejemplo, leer en voz alta previamente el texto (es que no todos son adecuados, es cuestión de probar) y buscar la entonación justa. Se sugiere, además, que al menos un 70% de las lecturas sean literarias y un 30% periodísticas y que no deben tener moralejas ni contenidos religiosos, teniendo en cuenta el carácter laico de la educación.
Algo más: evitar el uso de fotocopias. "Nada mejor que ver, tocar y sostener en las manos un libro. No son para tenerlos guardados por miedo a que se rompan; cuanto más ajeados, mejor", acota Bialet.
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