"Voces del secuestro" , el programa que dio aliento a Ingrid en la selva


Un periodista del diario argentino Clarín, estuvo presente en los estudios de Radio Caracol, en Colombia, donde se lleva a cabo el programa que transmite mensajes entre los secuestrados y los familiares.

A las 0.17, el estudio del séptimo piso de Caracol Radio es un hervidero. Decenas de periodistas colombianos y de todo el mundo entre ellos Clarín-- deben hacer silencio. La luz roja de la cabina se enciende y Herbin Hoyos, con impecables saco y pantalón negros, da inicio a un programa emblemático del drama que vive Colombia: "Las voces del secuestro", que desde hace 14 años es una voz de consuelo para los rehenes, que hasta las seis de la mañana del domingo hacen lo que pueden para escuchar en sus pequeñas radios los mensajes de sus familiares. Cada semana, nosotros les damos a los secuestrados una bocanada de oxígeno, una razón más para vivir, siete días más de esperanza , dice Hoyos a Clarín, antes de que comience el programa.

Autor de la nota: Pablo Biffi.
Fuente: Clarin.com

El de ayer no fue un programa más. Acompañado en la conducción por el periodista Juan Roberto Vargas, Hoyos tiene a su derecha a los policías Armando Castellanos y Julio César Buitrago Cuesta, y a su izquierda a los oficiales John Jairo Durán y Javier Rodríguez, cuatro de once miembros de las fuerzas de seguridad liberados el miércoles junto a Ingrid Betancourt y a los tres estadounidenses.

Pero, además, habrá tiempo a lo largo de las seis horas de programa para las sorpresas: el imprevisto llamado telefónico desde París de la ex candidata presidencial, a las 4.30 de la madrugada. Pero antes, a la 0.17, suena fuerte la cortina del programa, Sueños de libertad , del cantante colombiano Juanes. El sargento Durán escucha una estrofa de la canción -- sueño con morir de viejo y no de soledad, sueño con ir a trabajar y mucho más con regresar cada noche a mi casa para estar junto a ti. Y que no muera nunca nuestro amor -- y no puede contener la emoción: rompe en llanto.

La propuesta del programa será sencilla. Herbin Hoyos dejará que cada uno de los invitados conduzca una parte del ciclo para que les hable a sus compañeros de cautiverio, que aún están en la selva. Además, cada uno desgranará su historia, contará sus miedos, sus flaquezas, pero también sus deseos de cara al futuro. Y apenas comienza el programa habrá tiempo sin importar el vacío producido en la transmisión-- para un rito del programa: El abrazo de la libertad que Hoyos le da al aire a cada liberado cuando lo visitan.

Con los ojos rojos, escondiendo su vergüenza debajo de la visera de una gorra de béisbol, el sargento Durán apenas puede hablar: Este programa nos dio la vida, nos devolvió la dignidad. Mil gracias por lo que hace , dice.

Y es que Herbin Hoyos sabe de lo que habla al hablar de secuestro. Le cuenta a Clarín que en 1994 fue capturado por las FARC y que pasó 17 días en cautiverio. Allí, otro rehén le dijo que los periodistas eran unos insensibles y que no hacíamos nada por los secuestrados. Cuando salí en libertad, decidí crear este programa , recuerda.

A su turno, cada uno de los liberados fue tomando la palabra y contando las humillaciones que sufrían en la selva de manos de los captores. Pero también, cómo era ahora su reinserción en el mundo cotidiano. A mí una de las cosas que más me sorprende es la tecnología. Yo no conocía Internet y todo lo que hay ahora , cuenta el sargento Julio César Buitrago.

Detrás del vidrio, los familiares no pueden contener la emoción. Madres, novias, hermanas, tíos, primos e hijos de secuestrados repasan la letra del mensaje que enviarán. Sebastián Murillo Sánchez tiene 9 años y nació por cesárea apenas unos días después del 1º de noviembre de 1999, cuando las FARC atacaron Mitú. Su padre, el mayor de la Policía Enrique Murillo, se convirtió en rehén y no vio crecer a su hijo. Vengo a decirle a mi papi que rezo todas las noches para que vuelva pronto , dice Sebastián, con alegría, y recuerda la última prueba de vida, una carta, que recibió, el 10 de enero pasado, cuando fueron liberadas Clara Rojas y Consuelo González. Su padre estaba cautivo con ellas.

Multipremiado por su programa, Herbin Hoyos tiene 38 años y una extensa carrera periodística. En una pausa, le cuenta a Clarín cuáles de los mensajes de familiares de los más de 15.000 que ha enviado lo conmovieron más: Yo recuerdo el caso de Patricia Elena Perdomo, la hija de Consuelo González de Perdomo. Cuando se murió el papá, el esposo de Consuelo, Patricia Elena no sabía cómo enviarle el mensaje. Entonces ella me explicó la situación y yo le sugerí que le enviara un mensaje muy subliminal para que no le dijera: Mire, es que mi papá murió . Entonces ella le dijo al aire en la radio: Mamita, a partir de hoy tú tienes que estar tranquila porque mi papito desde el cielo te va a estar cuidando . Ése fue el mensaje para decirle a ella que su esposo había muerto . A las 4.30 de la mañana se produce el mayor momento de emoción: desde París, Ingrid Betancourt llama por telefóno y habla al aire con sus antiguos compañeros de cautiverio: los policías escuchan en silencio y lloran desconsoladamente. Del otro lado de la línea, una cálida voz les dice: Los amo, los quiero, a cada uno de ustedes lo llevo escrito en mi corazón. Me acuerdo de las marchas, cuando nos encontrábamos. Y a los que no nos hemos encontrado, a los que no hemos estado juntos, es decir a todos los que no he podido ver pero que están allá, ahí estoy con ustedes, ahora y cuando nos podamos abrazar. Y eso va a ser muy pronto. Sé que muy pronto llegará la libertad. El silencio en el estudio era total. Su comunicación duró unos cinco minutos y dejó una frase final, para los que aún son rehenes: No voy a dejar pasar un segundo de abogar por la libertad de ustedes. Amanece en Bogotá. Son las seis de la mañana y Herbin Hoyos suelta una frase que lo define: Debo ser el único periodista que quiere que su programa deje de emitirse. Ese será el día en que no haya más secuestrados en Colombia.

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