De la cancha al estudio, sin escalas


24.11.10 - Argentina. Una muy linda nota sobre aquellos deportistas que encontraron la veta en el periodismo una vez que se retiraron de la competencia profesional.

Quieque Wolff, Norberto "El Ruso" Verea, Vanina Oneto, Mariano Zabaleta y Mario Alberto Kempes hablan de su experiencia, el aprendizaje y por sobre todas las cosas, del repeto hacia el deportista, de ponerse en el lugar del otro.

Fuente: 442.perfil.com
Autorreflejo. Mariano Zabaleta dio sus primeros pasos en la televisión con Tenis Pro, un experimento que gestó junto a Juan Ignacio Chela –luego se sumaría Gastón Gaudio- y que se convirtió, para los seguidores del deporte blanco, en un programa de culto. “No soy periodista porque no estudié”, aclara con vehemencia y de entrada frente a la consulta de 442. Lo que arrancó como un hobbie, hoy es un trabajo: integrante del equipo de Pura Química, comparte pantalla con Mex Urtizberea, Germán Paolosky, José Chatruc y Laura Azcurra todas las tardes por ESPN+.

“Yo puedo preguntar como un deportista a otro deportista”, explica Zabaleta. “Creo que influye mucho haber sido tenista profesional de alto nivel porque te da una experiencia y un conocimiento que por ahí si no estuviste adentro no la tenés. Cuando entrevisto a alguien del ambiente del tenis sé prácticamente lo que le pasa, el momento de su carrera en el que está, qué cosas puede estar sintiendo, Y eso lo sé por haber jugado.”, agrega, al mismo tiempo que aclara que lo fundamental es el respeto, lo que no es condición exclusiva de quienes vivieron en carne propia el profesionalismo del deporte.

Quique, un clásico. Durante sus años de futbolista -fue jugador de la Selección, River y el Real Madrid, entre otros equipos- Enrique Quique Wolff se veía dentro de una cancha hasta bien entrada la adultez. Sin embargo, algunos futuros colegas –Esteban Peicovich, por ejemplo- lo empujaron a tomar la decisión, una vez colgados los botines, de estudiar periodismo. Con el título en la mano, hizo carrera en radio y TV de la mano de personajes como Juan Alberto Badía y Fernando Bravo. “Fue mejor que la escuela, aprendí mucho”, repasa.

Para Quique, quienes pasaron por una cancha cuentan con un plus. “Hay una parte práctica en el deportista que si no la utiliza es un tonto, porque es un caudal conseguido muy difícil de igualar. Yo me siento feliz porque sé todo lo que pasa dentro de una cancha, sé lo que significa tirar un penal con diez mil personas. Ahora, con eso solo tampoco alcanza”, aclara.

Si bien en su época de jugador -fue profesional desde el ’65 al ’81- la prensa deportiva no era tan virulenta como lo es hoy, Wolff asegura que nunca tuvo problemas con los medios. “Yo siempre respeté mucho al periodismo. Sabía si había jugado bien o mal, no necesitaba que un periodista me lo dijera. Pero era bueno escucharlos, saber lo que decían”, recuerda, y asegura que el respeto debe ser recíproco. “Duele mucho cuando escucho en fútbol a algún periodista que dice ‘Uh, mirá, este gol lo hacía yo’ ¿Dónde lo hacías? ¿En qué momento? ¿En qué lugar? Esas cosas me parece que son dolorosas y uno tiene que tratar de erradicarlas. El respeto para toda profesión es fundamental”.

Sensibilidad “Leona”. Fue justamente de la mano de Wolff que Vanina Oneto, símbolo de la génesis y los primeros años de Las Leonas, desembarcó en la profesión. Corría el 2000 cuando Quique la invitó un par de veces a participar de charlas sobre liderazgo y trabajo en equipo. Como en algún momento cercano iba a llegar el día de “colgar los botines”, Vanina decidió estudiar en su escuela de periodismo. Entre sus trabajos, se puede destacar la cobertura que hizo para la Televisión Pública del Mundial de Hockey 2010 y su participación, todas las mañanas, del programa Con sentido público.

En su época de jugadora, Oneto no recuerda haberse enojado con la prensa. Lo que sí remarca es que quizás muchas veces no coincidió con el análisis de un partido: “A veces, el jugador que hace tres goles queda como figura. Es verdad, no es algo fácil. Pero uno desde adentro sabe quién fue el mejor jugador, y a veces no es ni el goleador, ni el arquero que salvó la pelota”, explica.

Para Vanina, el haber sido deportista también implica un valor agregado en la nueva profesión. “Creo que el haber representado a Argentina, el haber tenido un juego olímpico, un Mundial, le permite a quien lo vivenció, lo sintió, se emocionó, lloró y lo festejó tener una sensibilidad distinta. No porque otro no lo pueda analizar sino porque es un valor agregado que tiene un deportista que después deviene en periodista”.

Del campo a Latinoamérica. “La función de comentarista no la elegí, vino sola”, cuenta Mario Alberto Kempes, a quien la cadena de deportes ESPN fue a buscar cuando trabajaba para la televisión en Valencia. “Me hicieron una prueba y parece que la pasé, no sé si con buena o mala nota”, rememora el Matador, mientras todo parece indicar que su inolvidable paso por las canchas fue el puntapié para el desembarco en una cabina de trasmisión.

“Yo sé de esto… por ahí el periodista que nunca jugó al fútbol a nivel profesional puede saber ‘de oídas’ lo que pasa en un vestuario o dentro de una cancha, pero el que ha estado ahí adentro puede decir alguna cosita más”, confía.

“Fútbol Ruso”. Ex arquero de Chacarita, Independiente y Talleres de Remedios de Escalada, Norberto Ruso Verea no sólo se convirtió en un lúcido periodista deportivo sino que, además, mantiene la sana costumbre del análisis contextual. Por eso, la respuesta frente a su situación con la prensa cuando era deportista y su visión hoy, desde adentro, dispara a la reflexión.

“Si no contextualizás mi respuesta es complicado. La acumulación de medios, el lugar que ocupan, la fuerza que tomaron…, hoy son parte de un negocio muy diferente, son socios del poder”, explica el Ruso. “Hoy los medios son salvajes, y esa ferocidad se trasladó definitivamente al periodista, que forma parte de una secuencia del entretenimiento que dejó muy lejana la idea de informar para formar. La gran mayoría, no todos por supuesto, juegan el juego del que los tiene contratados. Hoy a muchos le pagan más por vender pomada hemorroidal que por hablar de deportes”, dispara.

Consultado sobre qué modifica al periodista haber sido profesional, el Ruso coincide con Wolff y remarca el respeto. “Por estar adentro de una cancha yo no voy a preguntar mejor que vos. Tu vocación es la de ser periodista y para eso te preparaste. Ahora, aun preparándote quizás no preguntes bien. Lo que sí está claro es que haber estado adentro de una cancha te pone en un lugar de respeto que quizás el que no estuvo no tiene. Si vos partís de ese lugar quizás el análisis sea diferente. Pero también está como el medio mueve, verdad. Y entonces el periodista rápidamente aprendió que le importa un pomo esta cuestión del respeto porque las irrespetuosidades están a la orden del día, de un lado y del otro”.

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