18.05.09 - Muchos de los que hoy somos locutores, tuvimos un encuentro con Mario Benedetti. El mío fue a mediados de 1991, durante un curso de preparación para el ingreso a la carrera, en la calle Montevideo (¿casualidad?) al 200 de la ciudad de Buenos Aires.Para ser sinceros, yo estaba en la vereda del frente de la poesía. Había descubierto "El Señor de los Anillos" (J.R.R. Tolkien) y estaba inmerso en su magia y personajes.
Pero un sábado, cuando llegamos al estudio, alguien me acercó un libro con un poema. Creo, sin temor a equivocarme, que fue uno de los textos más difíciles que me tocó leer en mi vida. Y la dificultad no fue sólo mía, sino se extendió al resto de la clase.
No hay palabras difíciles, no hay ideas extravagantes, los conceptos no son intrincados, no es largo. Todo lo contrario, es simple, auténtico, claro y directo.
Con el tiempo me di cuenta que para comprender y lograr interpretarlo, hay que utilizar las mismas herramientas del autor: la simpleza, autenticidad y la claridad.
En este link encontrarán la inforamación sobre su vida, obra y actos póstumos. Aquí, en Jukevoz, lo recordamos con esa poesía que me ayudó (y a mis compañeros de curso) a crecer como profesional.
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